Los acordes de jazz que sonaban de fondo se mezclaban con
las voces y risas de la aristocracia americana. Las luces del techo se
reflejaban en los diamantes que llevaban las mujeres en sus accesorios y
vestimentas. El bullicio del lugar apenas dejaba escuchar mis pensamientos. Era
una noche calurosa, ideal para este tipo de fiestas.
Samuel traía consigo lo que aseguraba era su tercer trago,
mi hermano no era un adicto al alcohol, pero disfrutaba de estas fiestas.
Margaret, su esposa, no se quedaba atrás, disfrutaba codearse con la alta
sociedad. Sabía de antemano que dicha fiesta sería el tema de conversación de
por lo menos una semana. El reloj antiguo de mano que cargaba mi hermano
marcaba las diez de la noche, hacía apenas unas horas nos encontrábamos en el
festejo.
- Cuñada - la voz de Margaret, me sacó de mis pensamientos -
no crees que esta es una estupenda oportunidad para encontrar a un futuro
marido - comentó con un tono mordaz.
Aquel comentario hizo que agarrara con fuerza la copa que
llevaba en la mano. Mi hermano parecía dispuesto a contestar, sin embargo, el
grito de una mujer cortó con todo tipo de ambiente.
Los músicos dejaron de tocar sus instrumentos, la sonata de
la cantante quedó a media nota. Los tragos y las risas se detuvieron. Nadie
emitía sonido alguno.
Un llanto aun más fuerte se escuchó en todo el recinto. La incógnita
de donde provenían tales lamentos no se hizo esperar, cuando en una de las
puertas laterales la figura de una mujer condujo la mirada de todos a su
dirección. Como si de magia se tratara los brillos cambiaron de color, reflejando
el rojo sangre que cubría todo su rostro, manos y vestimenta.
-Está muerto - gritó aquella mujer entre llantos, antes de
caer desmayada. Por suerte, alguien que se encontraba cerca de ella logró
atajarla, antes de que caiga desplomada en el piso. Sin embargo solo esas dos
palabras bastaron para que el caos se desate.
- Nadie sale de este lugar - advirtió mi hermano viendo la
intención de varios de los presentes.
- ¿Quién es usted…para darnos órdenes? - preguntó un señor entre
hipos, quien estaba cercano a la inconsciencia, por el estado de ebriedad que
portaba.
- El comisario de esta ciudad - informó con autoridad
Samuel, mostrando su placa- Les aconsejo que tomen asiento, porque esto va a
llevar un buen rato.
Fiesta
bañada de sangre
El
sábado a la noche mientras el gran empresario, Thomas Robertson conmemoraba su cumpleaños
número sesenta, el festejo del mismo fue interrumpido por un repentino
asesinato. El cual se llevo como víctima al candidato a senador Lewis Walker.
El cuerpo del difunto fue encontrado por su esposa, la ahora viuda Sophie
Walker, la cual lo encontró sobre un charco de sangre. Las autoridades
confirmaron que se trataba de un homicidio, ya que la causa de muerta fue una puñalada
en el pecho. Por el momento se desconoce el arma y el paradero de la misma.
Dentro
de los invitados se encontraba el comisario Samuel Torner, el cual está
llevando adelante el caso. Cada uno de los invitados fue interrogado esa misma
noche, coincidieron que el Sr. Robertson se había presentado con cada de los
invitados de una manera cordial, y que luego de un rato se había retirado a
otro reciento del lugar con su esposa.
Era casi cerca del mediodía cuando mi vista se vio
interferida, por la figura de mi hermano. Había estado toda la noche junto a su
equipo en la escena del crimen. Su estrés era evidente y sabía la delicadeza
del caso, al ser la víctima una figura pública.
- ¿Quieres una taza de café, hermano? – pregunté
acercándome a la cocina previendo su repuesta.
- Por favor, Adelaida - imploró cayendo desplomado sobre
una de las sillas de la mesa frente a la cocina, no había terminado de acomodarse
cuando ya había apoyado su taza frente a él.
- Este caso te va a traer muchos dolores de cabeza Samuel,
por favor ten cuidado.
- Ni que lo digas Ade, hay muchos reporteros dando vueltas
por la escena del crimen, y ni hablar de la política que hay detrás.
- ¿Tienes alguna idea de quién pudo haber sido? - cuestioné
curiosa.
Mi hermano mira a ambos lados, como si nos estuvieran
vigilando, antes de darme una respuesta.
- Por el momento hermana no hayamos ninguna, estamos
esperando el llamado de la familiares de la esposa del difunto para poder
conseguir su testimonio.
- ¿Pudieron identificar con que arma se llevo a cabo tal
crimen?
- Los médicos forenses aseguran que fue un cuchillo el que
se utilizó, pero aún no tienen especificidades del mismo, ni se lo ha
encontrado - comentó mientras se terminaba
de un sorbo su café.
Quería volver a repreguntar, pero el teléfono de la casa sonó
interrumpiendo nuestra conversación, fue mi hermano el encargado de atender.
Apenas pude escuchar como balbuceaba unas cuestas palabras,
antes del colgar y salir disparado hacia la puerta.
- Espera hermano ¿ha sucedido algo?
- Era la comisaria. La reciente viuda se encuentra allí
para dar su testimonio - lo único que se pudo escuchar por consiguiente fue el
ruido de la puerta cerrándose, dejándome con la palabra en la boca.
Testimonio
clave
En el día
de ayer, a tan solo horas del suceso del asesinato al candidato a senador. La
reciente viuda se presentó por sus propios medios al departamento de oficiales
de la ciudad para presentar su testimonio.
“Nos
encontrábamos en uno de los cuartos apartados, buscando mas privacidad. En un
momento decidí ir por unos tragos. Cuando regresé lo encontré tirado sobre una
de las mesas, pensé que se había dormido. Todo esto de la futura candidatura lo
tenía estresado. Sin embargo cuando me acerque para poder despertarlo vi que lo rodeaba un charco de
sangre, mis manos fueron inconscientemente a su cuerpo intentando que
reaccione. Cuando me di cuenta me estaba llenando de sangre yo también y fue así
cuando decidí ir por ayuda…” declaraba la testigo, la única testigo del
reciente asesinato.
Así
mismo el día de ayer los forenses pudieron descifrar que el arma utilizada para
llevar a cabo el homicidio fue un cuchillo Albacete, el cual cuanta con un
doble filo, similar al de un abre cartas. Sin embargo aun no se ha encontrado o
se sabe algo de su paradero.
Las noticias del día de la fecha con respecto caso no
presentaba mayor información con respecto a quien había cometido el acto. En mi
camino a la comisaria, me encontré con las especulaciones que se estaban
haciendo en el barrio. Ana, mi costurera de confianza y la cual tenía un nombre
importante en el mundo de la moda, sospechaba que había sido su propia esposa;
Esteban, el panadero, aseguraba que había sido alguien de la competencia; Fred,
el cartero, quien afirmaba que su intuición no fallaba, no dudo en relacionarlo
con la mafia. Una vez terminado con las cuadras de historias llegue al trabajo
de mi hermano, pues desde el día de ayer no aparecía y mi cuñada me había
mandado a llevarle su comida, como si de su empleada se tratara.
- Buenas tardes Jason - salude amablemente, al nuevo
cadete- ¿Se encuentra de casualidad mi hermano?
- Buenas tardes señorita Torner, claro aguárdeme un segundo
que ya lo llamo -respondió, para luego salir a la búsqueda de mi hermano.
- Adelaida, hermana, ¿Qué te trae por aquí? - saludó mi
hermano acercándose a mi persona.
- Tú adorable esposa, se preocupa por tu salud y me comandó
traerte la comida -dije con un poco de sorna, tono que mi hermano ignoró por
completo.
- Eso fue muy amable de su parte…gracias Ad…
- Exijo ver al comisario Torner - una voz masculina
irrumpió en el medio de la comisaria, interrumpiendo así la oración de mi
hermano.
- ¿Cuál sería su urgencia señor? - cuestionó uno de los
cadetes de mi hermano.
- Mi nombre es William Brown, estuve la noche en la que el
futuro candidato fue asesinado, y soy el amante de Sophie - informó dejando a
toda la comisaria sin palabras. Rápidamente entre dos comisarios sostuvieron al
hombre y supe que esa era mi señal para irme.
Crimen
pasional
En el día
de ayer se pudo ver como la reciente viuda Sophie Walker, era arrestada en las
puertas de su hogar. Los oficiales la declararon culpable del homicidio de su
esposo, se dice que la misma con la ayuda de su amante William Brown, serian
los culpables del asesinato al candidato a senador. Su amante se presentó en la
comisaria, impulsado por el profundo sentimiento de culpabilidad, dando el
testimonio que sería clave para descubrir la verdad sobre qué fue lo que
ocurrió aquella fatídica noche.
“Cuando
Sophie, testificó que había ido por unos tragos, la realidad es que había ido a
mi encuentro. Estamos profundamente enamorados, me prometió que iba a dejar a
su marido atrás. Habíamos planeado escaparnos y llevar una vida juntos...”
Fue el fragmento que pudimos recolectar de su testificación, ambos se declararon inocentes de tales acusaciones. Sin embargo ella sigue siendo la última mujer con la que había sido vista la víctima, y aunque todavía no se ha encontrado el arma homicida, todo indica un final trágico para los amantes.
- Felicitaciones hermana, la fiesta esta estupenda, eres
una novia hermosa, nuestros padres estarían orgullosos de ti - exclamó Samuel
mientras sostenía mis manos.
- Gracias hermano, significa mucho para mí tus palabras.
- Lamento interrumpir el momento, pero ya es hora de cortar
el pastel - nos interrumpió Edward, mí ahora esposo.
Tanto la ceremonia como la fiesta habían sido algo íntimo. Si
bien por el puesto de mi marido en el lugar se encontraba las personas más
influyentes, intentamos mantenerlo lo más personal posible. Posicionaron frente
a nosotros la mesa que llevaba el pastel de tres pisos el cual era
completamente blanco. Pude ver a mi hermano y su mujer cerca sonriendo desde lo
lejos, mi hermano noto mi mirada y levanto su copa hacia mí. Todos los
invitados estaban atentos a nuestro accionar, todos con una copa de champagne
en la mano, celebrando junto a nosotros este día.
Edward ya tenía en su mando el cuchillo, quien lo extendió
hacia mí, para que seamos los dos quienes hagamos los honores de cortar el
dulce que teníamos en frente. Ambos juntamos nuestras manos sobre el cuchillo,
ese de doble filo. Así juntos cortamos la primera porción, dando por finalizada
la última de las tradiciones que daba comienzo a nuestra nueva vida.
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