Ensayo: Alicia en el país de las maravillas
“Escríbela con poca ortografía
y tanto corazón, que solo baste
a que frunzan el ceño los pedantes.
Y saldrá un libro. Guárdatelo. Es precioso”
La novela ha servido de
inspiración para una gran variedad de manifestaciones artísticas, tales como
películas, obras de teatro, pantomimas, videojuegos, musicales, ballets,
animes, series de televisión, parodias, dibujos animados y óperas. Estas varían
en su naturaleza, desde adaptaciones relativamente fieles a la obra original, hasta
creaciones completamente nuevas que utilizan personajes, situaciones o
escenarios desarrollados en él. Además, han influido en canciones y videoclips
de artistas como The Beatles, Aerosmith, y Adam Lambert, entre otros.
En fin, la figura de
Alicia ha sido un referente en numerosas obras literarias.
“No cuentes lo que viste en los jardines, el sueño acabó
Ya no hay morsas
Ni tortugas
Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie
Juegan cricket
Bajo la Luna”
“Canción de Alicia en el país”, de Serú Giran
Sera de las obras
sinsentido con más sentido que existe en la literatura, se podría decir infantil,
como muchas veces es categorizada, pero sería encasillarla en única rama y como
vimos, así como es imposible encasillarla en una sola obra, no tendría
coherencia hacerlo en un único género.
“Alicia en el país de las
maravillas” o como su nombre original “Las aventuras de Alicia en el país de
las maravillas”, nos muestra un mundo fantástico y sin sentido, sin coherencia,
pero que mucha da a reflexionar.
Puede ser acaso esas idas
y vueltas en tamaño, lo que nos llevan a un encuentro con nosotros mismos, en
la lucha constante en el niño y el adulto. Sin dudas es una viva imagen de lo que
sería la imaginación de un niño, pero ¿qué hay detrás de esa imaginación?; detrás
de ese conejo que corre atrás del tiempo, de aquel sombrero que vive en un
eterno cumpleaños, o de aquella Reina de corazones, quien se ofende rápido y
manda a matar a todo aquel que la haga enojar. Tal vez un poco exagerados, tal
vez un poco caricaturescos, pero no se puede negar que hay un poco de nosotros
en cada uno de aquellos personajes.
A lo mejor sea eso lo que
hace a esta novela tan popular, lo cercano que estamos a ella, no se ustedes,
pero yo me siento mas cercana a la idea de que una porción de “pastel” me haga
pequeña; pues hay algunos que me retornan a mi infancia. La idea de que un príncipe
me encuentre a través de un zapato de cristal, y de que unos ratones me ayuden
a cocer un vestido, lo veo muy lejano a mi realidad, pues poco se yo de cocer.
Alicia nos muestra lo mágico de conocer un nuevo mundo, nos remonta a nuestra
niñez, en ese sinsentido, lleno de sentido. A esa imaginación que con el tiempo
vamos perdiendo, o que sigue ahí, pero preferimos ocultar. En el último caso, podría
ser hasta algo que persigue los fines de la historia, pues el mismo escritor, decidió
publicarla bajo un seudónimo, manteniendo así separada la obra de su nombre
verdadero.
“Alicia en el país de las maravillas” ha tenido un impacto cultural
profundo y duradero, trascendiendo generaciones y fronteras. La novela ha
influido en la creación de nuevas formas de arte y ha dejado una huella
significativa en la cultura popular, convirtiéndose en un referente inagotable
para generaciones de artistas, escritores y creadores. El legado de Alicia
sigue vivo, perpetuando su capacidad para estimular la imaginación y desafiar
las convenciones establecidas, reafirmando su lugar como una de las obras más
influyentes en la historia de la literatura y la cultura mundial.
Anotación personal
No puedo hablar de Alicia
en el país de las maravillas, sin mencionar mi recorrido por aquella historia.
Como ferviente lectora debo admitir que mi primer acercamiento no fue con su
libro, pues antes de ser lectora, fui, y admito que lo sigo siendo, una
consumidora del como dice la compañía “El maravilloso mundo de Disney”,
escribiendo dicho párrafo me doy cuenta en las similitudes de ambos títulos,
aun así, este no era el punto. Mi primer acercamiento fue con aquella película
animada, que debo decir en su momento no me gusto para nada, aquella no es una
película para niños, pensamiento que al día de hoy sigo sosteniendo, pues una
escena en particular fue la que me traumo, Disney tiene un poco eso, partes de
sus películas siempre tienen algo melancólico. Obvio que esto una niña de 6
años no lo puede descifrar o por lo menos yo no podía. Por lo que aquel titulo
estuvo totalmente descartado por muchos años, hasta que salió la adaptación de
Tim Burton, para aquella época ya más adolescente, mis gustos habían cambiado.
Fanática de piratas del caribe, no podía dejar pasar una película en la que
este Johnny Deep (dicho sea de paso, también película de Disney, como dije
antes, sigo siendo consumidora). Recuerdo haber quedado fascinada con la
película. Desde los actores, a como había sido llevada la trama, y ni hablar de
la puesta en escena. Por suerte la escena que me había traumado en mi niñez
había sido omitida.
Aquello me puso a pensar
pues, los personajes eran los mismos, pero la historia distaba mucho una de
otra. Aquí es donde hago una pequeña mención a mi hermano, también ferviente
lector, quien me regalo el libro, siempre seré fundamentalista de que los
libros son mejores que las películas. No me malinterpreten adoro el arte
visual, que me acompaña desde chica. Pero hay cierta magia que se pierde, al
tener que otorgarle un tiempo determinado en la pantalla. Habiendo visto la película
animada, la adaptación de Tim Burton y habiendo leído el libro, llegue a la conclusión,
que todos somos un poco Alicia; eso y que lejos mi personaje favorito es el
gato Cheshire.
No se puede afirmar que
una obra sea mejor que otra, especialmente cuando la original ha trascendido
más allá de sus páginas. Cada artista ha interpretado a Alicia, y al país de
las maravillas de su propia manera, al igual que inspiró a esta estudiante.
¿Qué derecho tengo yo para comparar una obra con otra? Yo misma acabo de incluirme en la lista de quienes se han dejado inspirar por aquella creación.
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