“Los
Asesinos”, Ernest Hemingway
El relato visible: dos hombres que fueron a un restaurante a comer.
El relato invisible: aquellos dos hombres pretendían matar a lo que fue
un conocido boxeador, que se presentaba a comer todos los días en el
restaurante.
Si bien el relato es corto y deja
en misterio la verdadera razón del porque querían matar al boxeador. En lo que
respecta a las descripciones de los personajes nos encontramos con
personalidades bien caracterizadas:
· Desde el principio los personajes de Max y Al,
se muestran despectivos y con una personalidad contrastante. Teniendo la
necesidad de imponer respeto y que acoten sus órdenes, aun así existe una
diferencia entre ellos siendo Max más hablador, y Al más callado y ofensivo.
· Por otro lado al descubrir las verdaderas
intenciones nos encontramos con que George y Sam, están más
familiarizados con este tipo de intenciones, sin querer entrometerse en los
asuntos que los trajeron al pueblo.
· Oleg
Anderson, el boxeador al que querían
asesinar, siguiendo una misma línea, se
mostro indiferente al ser conocedor de lo que le podría pasar. Hasta se puede
decir que estaba pasando por una etapa de duelo.
· Y por último, se encuentra Adams quien es el
que menos está familiarizado con lo que sucede en su entorno. Desde la necesidad
de avisarle al boxeador sobre lo sucedido, la sorpresa que se llevo al ver que
este no pretendía hacer nada al respecto, y hasta la decisión final de irse del
pueblo.
Escasas son las descripciones que
se encuentran en el relato, y si bien aportaron a la historia, fue la
construcción a partir del dialogo lo que definió el rumbo y los elementos del
cuento. Demostrando que no solo las obras de teatro se pueden desarrollar a
partir de un dialogo, pudiendo así ser este el componente principal de un cuento.
“Esa mujer”, Rodolfo
Walsh
En este cuento la descripción
toma más protagonismo, tal vez por el trasfondo oscuro que el relato esconde. En
1966 este relato fue publicado, y es en 1961 que nuestro escritor, Rodolfo
Walsh, entrevistó al Teniente Coronel Carlos Moori-Koenig. Tres personajes se
destacan en la obra: un periodista, un coronel y esa mujer, o más bien el
cadáver de esa mujer. Nadie sabe que paso con aquel cuerpo, donde esta o que
fue lo que le hicieron. Aquí es donde se pone en práctica, lo que Piglia
caracterizo anteriormente en cómo funciona un hecho vivido cuando lo
mezcla con la ficción. Pues el entrevistado en 1961 fue uno de los responsables de la desaparición del cadáver de Eva
Perón. No hacía falta plasmar el nombre de ella para saber de quién se trataba,
menos se podía en el año 1966, cuando el peronismo estaba proscripto.
“-Tuve que
buscar ayuda para cambiarla de ataúd. Llamé a unos obreros que había por ahí.
Figúrese como se quedaron. Para ellos era una diosa, qué sé yo las cosas que
les meten en la cabeza, pobre gente.”
“-La sacamos en
un furgón, la tuve en Viamonte, después en 25 de Mayo, siempre cuidándola,
protegiéndola, escondiéndola. Me la querían quitar, hacer algo con ella. La
tapé con una lona, estaba en mi despacho, sobre un armario, muy alto. Cuando me
preguntaban qué era, les decía que era el transmisor de Córdoba, la Voz de la
Libertad.”
“-Hice una
ceremonia, los arengué. Yo respeto las ideas, les dije. Esa mujer hizo mucho
por ustedes.”
En su historia
visible: nos podemos encontrar con la
realización de una entrevista.
En su historia secreta: el periodista quería llegar al trasfondo de lo que
había sucedido con el cuerpo y en donde se hallaba este.
Si bien los detalles le otorgan
un aspecto mas sombrío a la historia, la descripción del lugar, los cambios de
humor del coronel y hasta la frustración del periodista. Es a través del
dialogo que se va descifrando la historia invisible del cuento.
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