Sr. Batman:
Me honra con sus palabras, aunque me resulte extraño escribirle
a la noche. ¿Es a aquella noche que inunda un lugar en un tiempo determinado o será
a aquella que se profundiza en el espacio? Para el primero de los casos espero
reciba mi respuesta en el momento adecuado, no vaya a ser que lo reciba la dama
del día; para el segundo, espero que no se pierda en la inmensidad del universo
o en algún agujero negro.
En cuanto a su propuesta lamento informarle que soy una
persona solitaria. No tengo intención de globalizar mi sabiduría. Lo que yo
practico es un arte, mi querido caballero, no es algo que se descubre, sino que
se vive de ello. Como usted lo propone le recomendaría más bien que busque
ayuda en su ciudad, pues hasta parece una adicción lo que me está proponiendo. En
cuento a la pérdida de memoria le aconsejo la hipnosis para esclarecer aquello
que lo tiene cegado, aunque seria algo irónico proviniendo de la noche misma,
pero usted mismo lo expresó en sus escritos, como había visto la luz al llevar
a cabo tal modo de vida
¿No cree acaso usted que el cautiverio es un hecho atroz? Esto
era algo que no podía dejar pasar por alto, pues hasta aquel que es sentenciado
a muerte tiene derecho a elegir su última cena. Mas teniendo en cuenta que
luego se convertiría en la suya.
El tiempo es oro mi querido caballero de la noche y mis
argumentos sólidos al negarme a su compañía. Espero pueda resolver aquellos problemas
que lo tienen tan confundido.
Atte. Hannibal Lecter
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